Los que seguís este blog sabéis que este año me tomé un largo verano sabático y quizás recordéis que aproveché mis vacaciones "a tope" y me escapé a Burgos, Portugal, Irlanda, Granada y Santa Pola. Pues bien, de los tres primeros lugares fui llevando un diario de viajes y hoy empiezo con el primero de esos tres relatos, el que hice a las Merindades de Burgos.
Yo había estado ya en Burgos hacia
unos cuantos años, pero en esta ocasión mis amigas y yo queríamos recorrer
una zona del norte de la provincia llamada las Merindades, de la que había oido hablar
mucho y bien. Esta zona ocupa el tercio norte de la provincia de Burgos y el nombre de Merindad se refiere a una división administrativa que procede del siglo XII (nada menos).
Asi que emprendimos nuestro viaje por la mañana, sin madrugar demasiado y tomándonoslo con calma, para llegar a Burgos a la hora de comer y hacer allí nuestra primera escala del viaje.
Asi que emprendimos nuestro viaje por la mañana, sin madrugar demasiado y tomándonoslo con calma, para llegar a Burgos a la hora de comer y hacer allí nuestra primera escala del viaje.
Los recuerdos que yo guardaba de BURGOS eran en colores grises y negros y asociados a suciedad.
Pero lo cierto es que en esta ocasión me pareció una ciudad muy bonita, a la que el paso del tiempo había favorecido mucho, me recuerda algo a La Coruña con sus balcones miradores, ahora me pareció que estaba muy limpio y
cuidado, manteniendo sus casas y fachadas en todo su esplendor y belleza.
La Catedral estaba preciosa, muy
diferente a cómo la vi hace años que estaba sucia y oscura y rodeada de
andamios. No entramos, en parte por el precio de la entrada (costaba 7 euros) y en parte, porque tampoco queríamos
entretenernos demasiado tiempo allí.
El paseo a orillas del rio Ebro fue
muy agradable, habia mucha gente en bicicleta por la ciudad. La gente era muy amable, nos sorprendió ver que había mucha gente de Bilbao, aunque en realidad tampoco es tan sorprendente, dada su proximidad física.
Comimos cerca de La Catedral, zona en la que hay muchos lugares para elegir y por 9 euros nos metimos un menú a medias sano (el primer plato) y a medias alto en colesterol (el segundo), ya que no podiamos dejar de probar sus deliciosas morcillas. ¿Quién podría resistirse? Yo no, desde luego. Tras comer regresamos hacia donde habíamos dejado el coche y seguimos ruta.
Habiamos reservado alojamiento en VILLARCAYO, ya que pensamos que por ser
la capital de las Merindades, seria el mejor lugar desde el que hacer todos
nuestros recorridos, aunque despues de visitar por la tarde el pueblo de Medina
de Pomar, decidimos cambiar de idea y dormir en ese otro pueblo en nuestra
segunda noche (más tarde volveríamos a cambiar de idea nuevamente…..).
Nuestro alojamiento en Villarcayo nos
encantó, el Mini-Hostal, un nombre curioso y poco imaginativo, si, pero asi se
llama si lo buscáis en Internet, aunque una vez que te encuentras alli ves que
tiene un segundo nombre: Amelia, el nombre de la dueña, que por cierto, es
bastante amable y parlanchina.
Como dato curioso, Villarcayo consta como
el municipio con el nombre más largo del pais, porque en realidad se llama
Villarcayo de Merindad de Castilla la Vieja.
Despues de refrescarnos un poco,
nos dimos una vuelta por el pueblo, una vuelta muy rápida, todo hay que
decirlo, porque habia poco que ver alli, quizás lo más interesante fuera el
paseo del Soto, un parque que hay a orillas del rio Nela. Ni siquiera la
iglesia del pueblo nos llamó mínimamente la atención, ya que en lugar de ser la
tipica iglesia de estilo románico, era de un estilo totalmente modernista, que
no pegaba nada verla por aquellos lugares. Parece que allí los arquitectos o
sus gobernantes no han tenido mucho interés en mantener sus edificios
históricos. Una pena.
Asi que visto lo poco que habia
que hacer por alli y el escaso ambiente que habia, nos fuimos a MEDINA DE POMAR, donde lo que
encontramos fue totalmente opuesto a Villarcayo: unas calles de claro estilo
medieval, muchos monumentos que admirar y mucha vida y animación. Lástima que
al poco de llegar se declarara una fuerte tormenta eléctrica, como no la habia
visto yo en mucho tiempo, con rayos, truenos, centellas, relámpagos y yo que sé
cuántos fenónemos lluviosos más, asi que tuvimos que refugiarnos en la primera
iglesia que nos pilló más cerca, que resultó ser la de Santa Cruz, donde vimos
que se estaba celebrando una confirmación de los chicos del pueblo y es ahí
donde dicen que estaba el primitivo castillo de la ciudad. Estuvimos alli sentadas un rato, hasta que empezó a escampar un poco y entonces aprovechamos para
irnos a la plaza Mayor, donde nos sentamos en una terraza, dentro de sus soportales y
nos tomamos unas tapas, coincidiendo con una Feria de las Tapas que se
celebraba ese mismo fin de semana (1 cerveza o 1 mosto más la tapa costaba
2 euros) y allí estuvimos más de dos horas, siendo testigos del enorme
despliegue y exhibición de rayos, truenos y relámpagos, hasta que
finalmente escampó y pudimos volver a Villarcayo.
Al dia siguiente, después de la
gran tormenta del dia anterior cruzamos los dedos para que nuestro segundo dia
en la provincia de Burgos amaneciera bueno y así fue, afortunadamente, ya que
teníamos por delante un recorrido por la montaña, a través de complicadas
carreteras comarcales y llenas de curvas.
Hicimos una primera parada en PUENTEDEY, un lugar muy pintoresco que
nos encantó y cuya visión del puente de piedra con las casas del pueblo y la
iglesia, es totalmente de postal. El pueblo se alza sobre un peñasco y cuenta
con una iglesia de estilo románico (el estilo que más abunda en aquella región)
y con el Palacio de los Porres. El rio Nela parece que se ha abierto camino
alli a través de una gran roca, lo que le da, como decía antes, un aspecto
impresionante (para mi, fue de lo más bonito de nuestro viaje).
Despues seguimos al monumento natural de OJOS GUAREÑA, un complejo kárstico que constituye uno de los conjuntos de cuevas más extenso de la Península Ibérica y del mundo, y que no pudimos ver porque, según pudimos enterarnos, sólo lo abren un par de veces al año (fue un verdadero chasco para nosotras), fuimos por una complicada carretera de cabras, donde paramos en un par de miradores y continuamos camino hasta llegar a ESPINOSA DE LOS MONTEROS, un pueblo que también nos gustó mucho y nos pareció que era típicamente de montaña. En la Guerra de la Independencia tuvo lugar alli una gran batalla contra los franceses. Este pueblo tiene, además, el mayor número de monumentos catalogados, después de Burgos, como: la Torre Ilustre, la Torre Berrueza, la Torre de los Azulejos, la Torre de los Monteros, el Palacio de los Fernandez-Villa y otros muchos. Respecto a las típicas casas montañesas las hay de 2 tipos: las más antiguas, con balcones y flores y las más modernas, que tienen galerias cerradas.
Cuando llegamos estaban de fiesta,
en medio de un Encuentro de Solteros, donde los solteros de los pueblos
cercanos se reunen alli desde hace 3 años y organizan una comida, con bailes y
concursos. Así que viendo la animación que había nos quedamos alli a comer, dos
de nosotras preferimos comer un menú del dia, mientras las otras dos preferían
tomar un tentempié más ligero en otro lugar. Ana y yo terminamos compartiendo,
en uno de los restaurantes de la plaza, mesa y mantel con un vecino de alli,
Vicente, que con sus 85 primaveras era uno de los vecinos más recientes del
pueblo, ya que sólo llevaba alli un par de años, después de venir desde
Comillas (Santander), donde había estado toda su vida trabajando en el campo.
Por cierto, Vicente era soltero y un buen partido, según pudimos saber a
través de la camarera, pero Ana y yo preferimos “resistir la tentación de conocer un poco mejor a nuestro compañero de mesa” y reunirnos con nuestras amigas para seguir nuestro camino por tierras burgalesas.
Bueno, plan de ruta relativo,
porque desde Madrid teníamos muy claro que ibamos a alojarnos en Villarcayo las
dos noches, pero según ibamos visitando los distintos pueblos de la zona,
ibamos cambiando de idea sobre donde dormir cada noche. Y aunque en Medina de
Pomar habíamos llegado a reservar una casa rural para esa segunda noche,
mientras ibamos en el coche decidimos anular la reserva y cambiar nuestra ruta
para poder visitar Trespadernes y Pedrosa de la Panticosa, un pueblo que nos
había recomendado Amelia, la dueña de nuestro hostal en Villarcayo.
Asi que, sobre la marcha, volvimos a cambiar nuestros planes de alojamiento y decidimos dormir en Trespadernes, después de mi llamada al único hostal que figuraba en ese pueblo (el Hostal-Restaurante Jose Luis) según ponia en uno de los folletos que me llevé desde Madrid, conseguidos en mi última visita a FITUR (para los lectores no españoles, les cuento que esta es una Feria Internacional del Turismo que se celebra todos los años en Madrid y en la que suelo hacer buen acopio de catálogos y folletos, según mis planes viajeros de cada año y aunque normalmente cargas con más material del que luego utilizas, en esta ocasión me vino muy bien). Finalmente tuvimos suerte porque quedaban varias habitaciones libres. Aunque este segundo alojamiento nos gustó mucho menos que el de nuestra primera noche, la habitación que nos tocó tenía goteras y no era muy acogedora que digamos, vamos, para pasar la noche, y despues salir pitando por la mañana, aunque tengo que reconocer que el restaurante estaba bastante mejor que las habitaciones.
Asi que, sobre la marcha, volvimos a cambiar nuestros planes de alojamiento y decidimos dormir en Trespadernes, después de mi llamada al único hostal que figuraba en ese pueblo (el Hostal-Restaurante Jose Luis) según ponia en uno de los folletos que me llevé desde Madrid, conseguidos en mi última visita a FITUR (para los lectores no españoles, les cuento que esta es una Feria Internacional del Turismo que se celebra todos los años en Madrid y en la que suelo hacer buen acopio de catálogos y folletos, según mis planes viajeros de cada año y aunque normalmente cargas con más material del que luego utilizas, en esta ocasión me vino muy bien). Finalmente tuvimos suerte porque quedaban varias habitaciones libres. Aunque este segundo alojamiento nos gustó mucho menos que el de nuestra primera noche, la habitación que nos tocó tenía goteras y no era muy acogedora que digamos, vamos, para pasar la noche, y despues salir pitando por la mañana, aunque tengo que reconocer que el restaurante estaba bastante mejor que las habitaciones.
En fin, que TRESPADERNES no nos pareció nada especial ni pintoresco, simplemente estaba bien como lugar de paso y descanso, pero sin ningún atractivo. Pero tenía una ventaja para nosotras y es que PEDROSA DE PANTICOSA estaba muy cerca de alli, así que después de descansar un rato y refrescarnos, volvimos a montarnos en el coche para acercarnos a Pedrosa y visitar su Cascada del Peñón, que estaba muy cerca. De hecho nos sorprendió que la cascada estuviera en el mismo centro del pueblo y tuviera un acceso tan cómodo. Pasamos allí el resto de la tarde y dimos un agradable paseo por la orilla del rio Nela, donde vimos una ermita románica llamada La Orden. De vuelta a Trespadernes visitamos lo único visitable que vimos allí, la iglesia de San Vicente Mártir y vuelta al hotel, porque por mucho que buscamos, no encontramos ningún entretenimiento mínimamente tentador por ningún rincón del pueblo.
Nuestro tercer dia amaneció en
medio de otra gran tormenta, a pesar de lo cuál continuamos nuestro camino, pasando por el desfiladero de la Horadada. Enseguida llegamos a FRIAS, otro de los lugares que más huella nos dejó en el viaje. Es un precioso pueblo de montaña, absolutamente genuino
y auténtico, y al mismo tiempo, todo muy bien cuidado y restaurado. Uno de sus principales atractivos es el puente de
Frias, con 9 arcos, que es de origen románico y al que se le dotó con una Torre en el siglo
XIV y cuyo paso por allí era de previo pago (vamos, como las carreteras de
peaje, ahora).
Entre otros monumentos del pueblo, están además: el Castillo de los duques de Frias y el de los Velasco, desde el cuál se disfrutan de unas vistas privilegiadas del paso del Ebro. Destacan también las iglesias de San Vicente Mártir y la de San Sebastián (cuya portada principal se exhibe actualmente en el Museo de los Claustros de Nueva York). Este turístico pueblo, además, ha tenido varios premios provinciales de Embellecimiento y su núcleo urbano medieval está declarado Conjunto Histórico-Artístico. Sus casas se apoyan unas en otras, formando las calles a dos alturas, por eso las llaman “casas colgadas” (como las de Cuenca) y algunas cuelgan desde la misma roca.
Entre otros monumentos del pueblo, están además: el Castillo de los duques de Frias y el de los Velasco, desde el cuál se disfrutan de unas vistas privilegiadas del paso del Ebro. Destacan también las iglesias de San Vicente Mártir y la de San Sebastián (cuya portada principal se exhibe actualmente en el Museo de los Claustros de Nueva York). Este turístico pueblo, además, ha tenido varios premios provinciales de Embellecimiento y su núcleo urbano medieval está declarado Conjunto Histórico-Artístico. Sus casas se apoyan unas en otras, formando las calles a dos alturas, por eso las llaman “casas colgadas” (como las de Cuenca) y algunas cuelgan desde la misma roca.
Despues nos dirigimos hasta OÑA, otro bonito pueblo de la zona, que
tuvo una gran importancia en la Edad Media, debido a su ubicación y que tiene la
particularidad de que este año 2012 alberga la exposición de las Edades del
Hombre en el Monasterio de San Salvador. Visitarla costaba 3,50 euros
(personalmente no soy muy admiradora del arte sacro, así que preferí admirarla sólo por fuera). Como ya era la hora de comer, decidimos entrar a tomar unos pinchos
y unos vinos en uno de los lugares más conocidos de allí, La Chola, al lado de
la plaza Mayor. En este pueblo cargamos con los típicos “souvenirs” de rigor, o sea,
con morcillas, rocas de Oña y sobaos. Por cierto ¿sabéis por qué los sobaos se
llaman asi? Pues por la necesidad de “sobar” la masa a la hora de hacerlos.
Ya de camino de vuelta a Madrid,
paramos en BRIVIESCA, un lugar del
que decían las guias que no había que dejar de ver, pero lo cierto es que no
nos gustó nada (las guias no siempre aciertan....), no tenía ningún encanto, habia muchas casas abandonadas y un
batiburrillo de casas antiguas y en mal estado mezcladas con otras modernas, sin
orden ni estética ninguna. Muy pocas estaban rehabilitadas. Por no encontrar, ni siquiera encontramos restaurantes abiertos para comer alli y al final, Ana se quedó con las ganas de haber tomado un asado precisamente alli (seguramente en todos los demás sitios que estuvimos no habría habido ningún problema) y tuvimos que meternos en una cafeteria muy normal y muy corriente, donde finalmente pudimos meternos algo medianamente comestible en el estómago.
Estando ya muy cerca de Madrid decidimos
hacer una última parada, para tomar un café en el Parador de LERMA, un lugar precioso pero que no tuvimos tiempo
de disfrutar, ya que queríamos continuar para Madrid sin que se nos echara la
noche encima. El Parador nos pareció muy acogedor y Lerma, una atractiva villa medieval, el poco tiempo que estuvimos fue suficiente para apreciar que este pueblo se merecía una visita tranquila, aunque eso ya tendrá que ser en otra futura ocasión, con más tiempo y tranquilidad, para disfrutar de sus calles y de una estupenda comida en alguno de sus muchos asadores, de los que se desprendía un aroma de lo más tentador..…….
Que envidia de viaje, Nieves. La suerte que tienes es que pueder ir en coche, yo tendría que pagarme un billete de avión o de barco, jeje, pero me encantaría visitar España porque ya veo que hay rincones geniales, con personalidad e historia. Que pena lo de la tormenta, espero que eso no haya empañado el viaje. Las fotos me han gustado, especialmente Frias y Lerma. En cuanto al soltero de oro de 85 años yo me lo hubiera pensado, jajaja...
ResponderEliminarMe alegro de que hayas realizado un viaje tan completo.
Saludos, ¡feliz domingo!
:)
Ana, la verdad es que si, que tenemos mucha suerte los que vivimos en la península, más cerca o más lejos, pero en coche o en tren nos podemos desplazar sin problemas. Pero seguro que tendrás muchas ocasiones en el futuro de recorrerte muchos de estos lugares de la península, que no conoces aún.
EliminarEn cuanto a las tormentas en Medina de Pomar y Frias, nos fastidiaron un poco, pero desde luego, no impidieron que disfrutáramos de esos lugares y además, pudiéramos apreciar (a pesar de la lluvia)que eran preciosos.
Y respecto al soltero de oro, quién sabe si perdimos una verdadera ocasión de oro y nos arrepentimos algún dia jajaja......
Un abrazo para ti Ana y que tengas una gran semana por delante,
Estos lugares tan pintorescos, que tenemos en España, no tenemos que envidiar nada a otros países.
ResponderEliminarPrimero nuestra España querida, según dice la canción que "Viva España" y, después visitar lugares de otros continentes.
Madrileña, tú siempre haciendo patria, di que si, que tenemos muchas maravillas por aqui, jejeje..... Un besazo amiga,
EliminarMe encantaron tus fotos de Burgos. Pasamos por ahi hace 2 anios y me encanto! La cathedral y la morcialla...bueno todo!
ResponderEliminar¡Que casualidad Barbara! la verdad es que conoces mucho de España, y por lo que veo, eres una gran viajera. Y respecto a la morcilla, no me extraña que te impactara, ¡es una auténtica delicia la morcilla de Burgos jejeje!
EliminarDe la más rancia Castilla, sólo conozco la capital, Burgos y me enamoró, tengo que volver sin más remedio, Atapuerca está próxima y está obligada su visita, envidio tu jira y tu gira.
ResponderEliminarUn beso
Jose Antonio, pues me has dado una idea con lo de Atapuerca para la próxima vez que vuelva por alli, debe de ser de lo más interesante visitar este yacimiento, aunque no sé si nos habría quedado más o menos cerca de nuestra ruta. Un besote,
EliminarYo estuve en las Merindades hace tres semanas, en Medina de Pomar y en Ojos Guareña, donde tampoco pudimos visitar las cuevas. A ver si nos hemos cruzado por la calle y no nos hemos reconocido...Pondré algunas fotos en el "feis".
ResponderEliminarBesinos.
Hola Maria Jose, nosotras estuvimos por allí a principios de junio, asi que no pudimos cruzarnos, pero no estaría mal que colgaras alguna foto en tu "feis" por si coincidimos en algún lugar, porque por la foto que tienes creo que no te reconoceria jejeje. Un besin,
EliminarHola Nieves-
ResponderEliminarPedazo de ruta, te pareces a mi visitando sitios, a golpe de pito, para aprovechar todo el tiempo... ,je,je,je
Me ha gustado Puentedey no lo conozco y queda anotado para quien sabe cuando... :)
Un beso.
(veo que has visitado el blog de Conxita, corresponsal de LZM. Seguro que vas a disfrutar mucho con sus entradas)
Por cierto,me has visto en las fotos de la radio :)
Andrés, seguro que hay pocos sitios que a ti se te escapen sin visitar, asi que me alegro de haberte despertado la curiosidad por visitar Puentedey, cuando vayas te encantará, es muy fotográfico. Y tal y como estamos quizás tengamos que dedicarnos más a hacer turismo nacional y rural (¡y aún así podremos sentirnos satisfechos!).
EliminarMe gustó el blog de Conxita, así que seguiré visitándolo.
Y sobre las fotos de la radio, ¿en que blog las tienes? me pasaré a buscarte por todos tus blogs jejeje.. Un beso y ya te contaré,
Muy bonitas las fotos, Nieves, dan ganas de ir para allá.
ResponderEliminarYo lo que más recuerdo de Burgos es el frío y muchos curas monjas por todas partes, jajaja.
Besos
Lola a ti no te pilla muy lejos esa zona, animate, (aunque quizás mejor en primavera), porque lo disfrutarás y de la morcilla ya ni hablamos jejeje.... Un besazo,
EliminarHola Nieves, quisiera hacerte una puntualización sobre Villarcayo. Comentas que sus gentes no se han preocupado de mantener las antiguas edificaciones...Nada más lejos de la realidad, hay que informarse un poquito antes de hablar... Durante las guerras carlistas prendieron fuego al pueblo y un gran incendio asoló la zona vieja, sólo pudiendo salvarse alguna casona cercana a la iglesia nueva. De ahí lo que te encontraste. Por cierto a la entrada está la iglesia medieval de San Roque no sólo está la nueva, que por cierto tiene unas famosísimas vidrieras...
ResponderEliminarDe todas formas te aconsejo que si vuelves por la zona visites pueblos medievales cercanos de la Merindad como Salazar, Villanueva la Blanca, Torme...que fueron la cuna del Reino de Castilla, allí podrás ver lo que es la edad media de verdad.
Espero haberte explicado bien tu extrañeza acerca de Villarcayo...
Muchas gracias por dejar tu comentario. La verdad es que lo que escribí aqui era sin duda nuestra opinión personal de lo que alli vimos, en el poco tiempo que pasamos por alli, lo cuál conlleva limitaciones, sin duda alguna. Asi que te agradezco de nuevo tus aclaratorias palabras y tomo nota de tus sugerencias para una próxima visita por alli. Un saludo,
Eliminar