¡QUÉ SE JUBILEN ELLOS A LOS 67!

Ya volví de Granada, pero mientras dispongo de un nuevo ordenador (esto de ver y comparar precios, capacidades, velocidades y demás prestaciones, es un poco laborioso) y no tenga una nueva herramienta donde poder descargar las fotos del viaje y escribir con tranquilidad, seguiré abusando de la confianza de los ordenadores amigos para seguir escribiendo posts, aunque sean algo más cortos y menos elaborados.

• Hoy al recoger mi nómina en la oficina me he encontrado con la desagradable sorpresa de descubrir que mi sueldo neto había descendido 25 euros respecto a la última nómina del pasado año (mi padre me había advertido que en su nómina de jubilado había habido un descenso de 15 euros). Al mismo tiempo, el viernes pasado, cuando estábamos mi amiga Carmen y yo tomando un estupendo desayuno en la cafeteria Olympia de la Gran Via de Colón en Granada, justo antes de subir hacia el Albaicín y dedicarnos despues, por completo, a visitar la Alhambra, leímos en un titular de un periódico gratuito de allí, que nuestro gobierno iba a aprobar una ley para que nos pudiéramos jubilar a los 67 años, con lo cuál casi se nos corta nuestro rico desayuno (a nuestra amiga Andrea, por cierto, también la dieron el día, según nos contó, cuando la llamamos para felicitarla por su cumpleaños, dándola un poco de envidia desde La Alhambra).

Y digo yo: eso está muy bien para todos aquellos que sean adictos al trabajo (o workalholics, como dicen los anglosajones) pero ¿¿qué ocurre con todos aquellos que no padecemos esa enfermedad?? Personalmente, no me seduce nada el llegar a mi jubilación como esta ancianita de la foto haciendo calentamientos en la parada del autobús que me lleva a la ofi para aliviar mi artrosis, mientras espero a que llegue.

• ¿Por qué no piensan los políticos gobernantes en otras brillantes ideas alternativas antes que hacernos trabajar hasta que estemos todos llenos de achaques reumáticos, prostáticos, etc., etc.? Yo desde aquí les aporto algunas ideas, como por ejemplo: que los políticos se bajen su sueldo a mil euros (y puedan probar una nueva y exótica experiencia que todo el mundo debería sentir alguna vez en su vida: ser mileurista), que sólo mantengan un sueldo (y renuncien a los demás, donándolos a ONGs, por ejemplo), que reduzcan el número de altos cargos en la Administración Pública, que se jubilen ellos a los 75 años haciendo una última labor de alto interés social y altamente solidario para sus conciudadanos......... en fin, que se me ocurren muchas ideas mejores que la que ellos nos han propuesto.