El nombre de este blog es mi pequeño homenaje a las maletas, esas compañeras fieles e imprescindibles en todos nuestros viajes y que por suerte, con el tiempo fueron evolucionando hasta llegar a tener en la actualidad unas maravillosas ruedecitas que nos permiten poder tirar de ellas (en lugar de cargarlas) y hacer nuestros viajes mucho más placenteros aún. ¡Qué bien nos hubieran venido a muchas y a muchos hace unos cuántos años!

Amigos curiosos y viajeros

sábado, 26 de diciembre de 2009

Mi viaje a Londres



















Pues como lo prometido es deuda, aquí está el primero de los cuatro posts que voy a escribir sobre el relato de mi último viaje a Londres la pasada semana. Este primero se centra en la zona del Soho, la zona más céntrica de la ciudad.

  • El día que llegamos era claro y soleado y de hecho, cuando ibamos, en nuestro avión de EasyJet, acercándonos al aeropuerto de Gatwick, podíamos divisar claramente los campos verdes de la campiña inglesa y las blancas e impresionantes rocas de Dover, al dejar atrás el canal de la Mancha. Desafortunamente, dejé la camara dentro de la maleta y no puedo mostrar ninguna foto de esas maravillosas vistas desde el avión.
Una vez llegados al aeropuerto, cogimos un tren que nos llevaría a la estación de Saint Pancras en tres cuartos de hora. Desde allí cogimos el metro hacia Russell Square, que era el que nos pillaba más cerca del hotel que teníamos reservado, el Bedford Hotel (un hotel de tres estrellas, por cierto, totalmente recomendable, por su limpieza, por su aceptable desayuno continental y sobre todo, por lo céntrico y bien comunicado que está, por ejemplo, el Museo Británico está casi al lado). Despues de dejar nuestras cosas en el hotel, cogimos nuestra mochila dispuestas a aprovechar al máximo nuestro tiempo allí, sin perder un minuto. Lo primero que hicimos fue dar una vuelta por los alrededores para familiarizarnos con nuestro nuevo entorno y entramos en una tienda de prensa y libros, donde cuál no sería nuestro asombro, cuando lo primero que oimos al entrar, fue la canción de la Macarena, haciéndonos dudar de si realmente habíamos salido o no de España, porque lo cierto es que cuando viajas, al menos en mi caso, lo último que quieres ver son cosas de tu pais, sino que quieres ver cosas diferentes, porque para ver lo mismo no vale la pena recorrerte un montón de kilómetros ni gastar tu dinero...

  • Nos dirigimos despues hacia el metro en dirección hacia la estación de Oxford Circus, desde donde empezamos a recorrer las calles de Oxford Street y Regent Street. Entramos en varias tiendas de música de la cadena HMV, donde mi sobrina Cris compró varios discos de su cantante favorita (Pink) y yo compré varios CDs de música navideña (cantada por clásicos cantantes como Frank Sinatra, Cole Porter y otros), de música celta y también un par de CDs, que me había encargado mi vecina, sobre música de los años 40, de la época de la Segunda Guerra Mundial. Visitamos también una famosa tienda de juguetes, Hamleys, de donde nos llevamos un dulce recuerdo en forma de caramelos de toffee y chuches varias para seguir endulzando nuestra ruta y la verdad es que esta tienda es un paraíso para cualquier niño que se precie (¡en edad o en espíritu!). También vimos el elegante edificio de los almacenes Liberty, con su fachada estilo Tudor, tan "british". Los almacenes Liberty, junto con los Harrods y los Selfridges, son las tiendas más tradicionales y conocidas de Londres.
Continuamos por Carnaby Street y despues fuimos hacia la calle Burlington Gardens, cuya dirección llevaba mi sobrina muy bien aprendida y luego entendí porque......... En aquella calle hay una tienda americana, de ropa de sport, que se llama Abercrombie y que tiene la particularidad de que todos los dependientes son modelos (¡hasta el chico que veías limpiando!), es muy curiosa y agradable de mirar por todos los lados, la verdad...... mi sobrina estuvo pensando muy seriamente en meterse una camisa bajo su cazadora, a ver si alguno de los dependientes la cacheaba al salir.... finalmente no lo hizo........ jajajaja.

  • A continuación, seguimos nuestro recorrido por Chinatown y Leicester Square y allí fui yo la que quiso llevar a mi sobrina a ver algo, cuando yo estuve allí en julio pasado ví una placita encantadora que me habían recomendado y que me gustó mucho, la plaza de Neal's Yard y aunque tuvimos que preguntar varias veces por ella, finalmente la localizamos. Esta pequeñita plaza de fachadas pintadas en vivos colores es famosa por haber sido durante años sede de varios sellos de música y porque en una de esas casas vivieron los Monty Python, ahora es una zona de bares y coquetos restaurantes muy "fashion". También vimos en la calle Neal's Street una queseria muy famosa, la Neal's Yard Dairy, donde puedes encontrar todo lo que se te ocurra, en quesos ingleses.
Continuamos despues hacia la plaza de Picadilly Circus, donde llegamos totalmente de noche (a las 4 de la tarde ya era noche cerrada) y pudimos ver sus famosos anuncios luminosos. Esta plaza es como la Puerta del Sol de Madrid y su nombre tiene su origen en el nombre de una especie de collares llamados "Picadills" que vendía un sastre en aquella plaza en el siglo XVII. Por cierto, según me han contado, esta plaza tuvo su origen en una equivocación, ya que la idea inicial era muy diferente a como finalmente quedó. Y la famosa escultura del angelito de Eros con su flecha dirigida hacia el sur, no se construyó realmente como homenaje al dios del amor, sino como representación de la caridad cristiana en honor a un conde (Anthony Cooper) que luchó durante toda su vida por mejorar las condiciones de vida de los obreros.

  • Despues de pasar por Picadilly, nos dirigimos hacia Convent Garden, un lugar con mucho encanto y con muchos atractivos, donde puedes ver desde coquetas tiendas o restaurantes, a puestos callejeros de comida internacional o actuaciones de artistas de la calle con habilidades de lo más dispares o incluso visitar el curioso Museo del Transporte de Londres. Nosotras, entre todas esas alternativas, elegimos la más sensata, dado el frio que hacía y lo cansadas que estábamos: entramos en un encantador restaurante italiano llamado Ponti's, al que yo conocía de haber ido muchas veces con los compañeros de clase, cuando estuve un verano estudiando en Wimbledon y acabábamos nuestros sábados de visita a Londres en aquel lugar. Es un sitio muy cálido y acogedor y la calidad de su carta en relación al precio es excelente, pidas lo que pidas, ya sean pastas o pizzas o cualquiera de sus exquisitas tartas. Y mientras Cris se decidió por una enorme y crujiente pizza, yo me decidí por tomar un apple crumble, que es una especie de strudel de manzana y que está deliciosa y más aún si la acompañas de una crema pastelera caliente.....uhm, se me hace la boca agua sólo de pensar en ella...... Y despues de haber disfrutado de nuestra cena y llenado nuestro estómago hambriento, nos fuimos hacia la estación de metro de Covent Garden para ir a nuestro hotel a descansar y reponer nuestras fuerzas para el día siguiente, que iba a ser duro también.........
Nota: las palabras en color fucsia son enlaces en los que se pueden pinchar y que te llevan a webs con información sobre esos sitios.


1 comentario:

  1. Es posible que en Londres se quedaran gratamente sorprendidos al comprobar que solo a unos ojos bonitos le pueden superar una sonrisa maravillosa.

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