La península de Istria está situada en el norte de Croacia y tiene forma de punta de flecha (algunos más románticos la ven con forma de corazón, yo como estoy poco romántica últimamente la veo como una flecha, todo hay que decirlo).
En la ruta de ese dia, pasamos por un pueblo a una de cuyas casas le hice una foto, porque me llamó la atención su fachada y unos minutos después nos contaría nuestro guia, que aún quedaban huellas de la guerra civil (que acabó hace 15 años) en las casas de algunos pueblos, como en esa que acabábamos de pasar. La foto de abajo es la que yo acababa de hacer unos minutos antes. Por cierto, en mi guia de viajes leí después, que aún, en ciertas zonas del interior del centro de Croacia (como en Zadar o Split), no es aconsejable caminar campo a través, ya que todavia no están libres de minas.
Huellas de su reciente guerra civil
Pula es la mayor ciudad de Istria y está en el sur de la península. Lo más conocido de ella es su anfiteatro (al que también se le conoce como Arena) y que es un hermano mellizo del Coliseo romano. En su época llegó a albergar hasta 20.000 asistentes. Y en él se celebran ahora muchos Festivales y conciertos de todos los géneros musicales; según nos dijo nuestra guía local, aún recuerdan los pulenses con mucho agrado, la actuación de Julio Iglesias allí, hace 15 años, ya que dicen que fue el único que se atrevió a ir cuando estaban en guerra.
En Pula artistas de todas las épocas han dejado por allí su huella, como el escritor irlandés James Joyce, que enseñó inglés en una escuela de allí o como Georg Ritter von Trapp, héroe naval austríaco y líder de la famosa familia cantante imortalizada en el musical The Sound of Music (osea, Sonrisas y lágrimas), vivieron en Pula.
El mar de Pula ha sido declarado como el más limpio del Mediterráneo y se supone que tiene un clima muy suave (aunque esto yo no puedo corroborarlo, dado que ese dia cayeron unas fuertes tormentas por esa zona).
Es una bonita ciudad, en suma, por la que pasear, admirando al mismo tiempo, las numerosas huellas romanas que contiene y que conviven armónicamente con otros edificios de estilo austriaco.
¡Ah! También es conocida esta población por sus ricos vinos (según dicen…. porque no tuvimos ocasión de poder probarlos, por falta de tiempo). La que si los probó bastante, parece que fue la mujer del emperador Augusto, de la que dicen que debió su gran longevidad (llegó a cumplir 86 primaveras) a su generoso consumo.
Despues de Pula continuamos hasta Rovinj, que estaba a 40 kms. de allí y situada justo enfrente de Venecia y quizás por esa cercania, es por lo que esta ciudad tiene tan fuertes influencias de su vecina Italia.
Esta localidad fue quizás la que más me impactó por su belleza. Es, además, muy fotogénica, si podemos aplicar el término fotogénico a una ciudad, es bella la mires por donde la mires. Me pareció una auténtica maravilla y teniendo en cuenta también, que el día no le acompañaba ni le hacía justicia, debido a la lluvia y al feo color gris plomizo del cielo, a pesar de ello, como digo, esta ciudad me dejó uno de los recuerdos más imborrables del viaje.
Además de por su belleza, también es conocida por los saludables y benéficos efectos que tiene su suave clima sobre la salud (de nuevo, esto tampoco puedo corroborarlo, aunque no quiero ser repetitiva……jejeje).
Su monumento más importante es la Catedral de Santa Eufemia, de estilo barroco, que domina la ciudad desde lo más alto. Mi amiga y yo subimos de nuevo a su campanario (¡despues de este viaje nos hemos hecho expertas en campanarios, torres y escaleras varias!) con estrechitos peldaños de madera, no aptos para gente claustrofóbica o que padezcan de vértigo y tuvimos suerte, porque después de entrar nosotras ya no dejaron subir a nadie más, debido a la fuerte lluvia que caía. Esta iglesia contiene las reliquias de esta santa, que murió a sus tiernos 15 años, cuando fue echada a los leones por el emperador Diocleciano (si, precisamente el mismo que se mandó construir el maravilloso palacio de Split), por su inquebrantable fe cristiana (¡eso si que era tener creencias firmes!). Por cierto, cuando bajamos de la torre un veletero (¿se llama así el recipiente que contiene muchas velitas en una iglesia?) estaba ardiendo parcialmente y casi tenemos que quedarnos allí de bomberas involuntarias para intentar salvar el patrimonio croata, protegido por la UNESCO.
escaleras para subir al campanario de Santa Eufemia
las vistas contempladas desde arriba
y la vista que nos encontramos cuando bajamos
Nuestra tercera escala de ese dia, estaba previsto que fuera en la ciudad de Porec para ver su basílica eufrasiana, pero dadas las fuertes lluvias que caían y los atascos que se formaron en las carreteras, nos fue imposible llegar hasta allí, dejándonos con la miel en los labios de ver los increíbles (según las fotos que he visto) mosaicos bizantinos de esa Basílica, asi que ¡otra vez será!
el día ya había empezado así..........
pero acabó peor aún ...................
Y aquí dejo hoy el relato del viaje, que ya casi está tocando a su fin. Dobra vecer!
Continuará…………………………..
Un viaje que da envidia, sin duda alguna. Lo que más me ha impresionado, aunque pueda parecer anecdótico, es la imagen del edicifio con los agujeros de bala de la guerra civil.
ResponderEliminarTu viaje es envidiable.
ResponderEliminarDesde luego el mio a Madrid no ha sido tan bueno. Hacía demasiado calor, no he hecho fotos y no he podido quedar con nadie conocido. Un desastre de viaje.
Saludos.
Talahasse, ser muy bienvenidos a este blog y muchas gracias por haceros seguidores. Respecto a la foto que te ha impresionado, realmente no es anecdótico, más bien todo lo contrario, puesto que lo que enseña claramente esa foto es lo que tuvo lugar allí hace 15 años, es decir, una cruel guerra civil, cuyas heridas aún siguen abiertas para muchos en aquel pais. Un abrazo,
ResponderEliminarMáximo, me alegro de que te haya gustado mi viaje, por lo que has podido ver y leer en esta serie de posts que he elaborado, eso indica que de alguna manera, he conseguido transmitir por aqui la ilusión y entusiasmo que he sentido al hacerlo y si eso fomenta el que otros repitan la experiencia, genial. Y siento que tu viaje a Madrid no haya sido tan bueno como esperabas. ¿Por qué no escribes en tu blog algo sobre algún viaje divertido y placentero que hayas hecho? Un saludo,
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