El Orient-Express
Este mítico tren representó siempre un viaje hacia lo lejano, hacia lo exótico, hacia la aventura. Este tren de larga distancia unía Paris con Constantinopla (hoy Estambul), se desplazaba a través de los paisajes del este de Europa en dirección a la misteriosa Turquia, a una velocidad que en el siglo XIX se consideraba vertiginosa (salia de territorio francés a 60 kms por hora, a 55 de la frontera alemana a la búlgara y bajaba a los 30 kms. al acercarse a Estambul, dos dias y medio de viaje en total.
El origen de la idea de crear un servicio de pasajeros que uniese Europa Occidental con el Sudoeste Asiático fue de Georges Nagelmackers, creador de la francesa Compagnie Internationale des Wagons-Lits. Y surgió cuando siendo Nagelmackers un joven ingeniero belga de 22 años fue enviado por su padre (un conocido banquero que queria hacer olvidar a su hijo una no deseada pasión amorosa) a los Estados Unidos, allí viajó en los sleeping-cars creados por Georges Pullman, que eran unas simples literas ubicadas a ambos lados de un pasillo central y cerradas con cortinas lo que no ofrecia mucha intimidad al viajero, aunque al menos le permitia dormir en los viajes largos. Y entonces se le ocurrió hacer algo semejante, en Europa, pero con todas las comodidades y todo el lujo que pudiera exigir un viajero distinguido. Y así fue como en 1872 Nagelmackers creó con un capital de 50.000 francos belgas su compañía de wagons-lits.
Aunque no fue hasta 1883 cuando se haría su primer viaje de inauguración, partiendo de Paris rumbo a Estambul, constituido todo él de wagons-lits e incluyendo, tal y como soñaba, un restaurante y un fumador. Desde entonces y pese a las muchas vicisitudes pasadas en su epoca (dos guerras mundiales, el telón de acero,la guerra de los Balcanes, etc.), que le han impedido circular durante largos periodos, el Oriente-Express ha continuado su carrera.
esperando a embarcar
Era considerado uno de los trenes más lujosos del mundo, con pasajeros que incluían desde millonarios hasta miembros de la aristocracia europea. En él viajaban millonarios americanos, señores turcos vestidos a la moda occidental pero cubiertos con el clásico fez, agentes secretos de todas y cada una de las potencias implicadas en la zona (y no pocos de ellos agentes dobles), profesores franceses de raidas levitas que parecian salidos de una novela de Dostoievski y damas del Civil Service británico a veces acompañadas de los niños a su cargo, oficiales cargados de condecoraciones de los estados mayores de todos los ejércitos, judios sefarditas hablando español medieval, negociante de pieles de Leipzig y traficantes de prestamos rusos, costureras y modistas francesas que viajaban con la intención de introducir la moda de Paris en los harenes orientales, agentes de la Estándar Oil, ingleses delegados o diplomáticos franceses, y por supuesto, periodistas, escritores y artistas, como Le Corbusier. Y muchas peliculas y novelas se han inspirado en este famoso tren, surgiendo de la imaginación obras como Asesinato en el Orient Express de Agatha Christie o Desde Rusia con amor, de Ian Fleming, casi sin querer la imaginación se echa a volar sola, imaginando a James Bond o a Hercules Poirot en medio de alguna de sus aventuras.
Actualmente este tren sale todos los días, a las 17:16 de la estación Gare de l'Est, de París para Viena, llegando a las 08:30 del día siguiente, el actual Expreso de Oriente puede haber perdido mucho de su pompa, pero aún es considerado como una de las mejores maneras de llegar a Austria saliendo de Francia.
Es un tren formado en su totalidad por wagons-lits de interiores cómodos y delicados, tapizados de terciopelo turquesa. Pasillos estrechos cubiertos de cuero dorado y placas de maderas nobles barnizadas en blanco, puertas en laca, picaportes de cobre y guarniciones niqueladas.
Con la introducción de nuevos servicios de la TGV-Este saliendo de París hacia Estrasburgo, Fráncfort del Meno y Zúrich en 2007, se especula con que el legendario Orient Express pueda ser cancelado finalmente, después de más de 120 años en funcionamiento.
El Transiberiano
Una amiga mia, Andrea, cuando sacamos el tema de los viajes en nuestras conversaciones (que lo sacamos a menudo, todo hay que decirlo) siempre me recuerda que el viaje del Transiberiano lo tenemos pendiente para un futuro (más o menos lejano, en función de que nos toque o no la loteria un año de estos o bien que la maldita crisis vaya aflojando y nos deje ahorrar lo suficiente para ello). Pero mientras tanto, me conformo con leer y escribir sobre ello (¡la imaginación es el medio de locomoción más rápido y económico de todos!).
El transiberiano es uno de esos viajes míticos que nos suenan a historia de leyenda. Es una increible obra de ingeniería que atraviesa toda Rusia y que conecta la Rusia europea con las provincias del Lejano Oriente ruso, Mongolia y China.
La ruta principal de esta red de ferrocarril fue inaugurada tras trece años de trabajo, el 21 de julio de 1904. Con una extensión de 9.288 km, une Moscú con la costa rusa del océano Pacífico, más concretamente con Vladivostok, la ciudad rusa más oriental, que está localizada en el mar del Japón, y cuyo significado en ruso es “poder sobre oriente” y atraviesa la mayor parte de la que fue Asia soviética. El recorrido entre ambas ciudades es una increible ruta que atraviesa ocho zonas horarias y tiene una duración de 7 días de viaje.
El transiberiano es la ruta ferroviaria continua más larga del mundo y fue inaugurada en 1904. Desde entonces ha evolucionado, y ahora existen dos ramales importantes: El transmongoliano, y el transmanchuriano, que conectan con Mongolia y China respectivamente.
En España, a falta de poder tener a alguna de las dos míticas rutas ferroviarias pasando por nuestro suelo, tenemos el Transcantábrico:
Cien años después del mítico Orient Express, el primer tren turístico de España echó a andar desde León a Santiago de Compostela, en un viaje de 8 días y 7 noches por la historia de España, desde los tiempos prehistóricos a la actualidad. Por las mismas vías por las que discurría el histórico Ferrocarril de La Robla, el viejo tren hullero que transportaba carbón desde León hasta Bizkaia, comenzó su andadura en 1983 El Transcantábrico.
En fin, que por unos 2.500 euros puedes darte el capricho de hacer alguno de estos viajes, que recuerdan al auténtico sabor de los viajes de antaño. Aunque de momento, a esperar toca.....¡Andrea, paciencia, que el Transiberiano puede esperar aún un poco más!
Fuente:
Revista Album Letras-Artes
Menuda vida la de los ricos, el dinero no hace la felicidad, pero ayuda a llevar una vida más placentera, cómoda y con menos dolores de cabeza para llegar a fin de mes, ya sé que los ricos también lloran, pero lo pobres lloramos por partida doble siempre, en sentimientos y dinero.Pero soñar podemos esto sale gratis, aunque también podemos hacerlo realidad en este tren tan maravilloso y, hacer un viaje inolvidable.
ResponderEliminarYo he montado en el TranzAlpine, en la Isla Sur de Nueva Zelanda, y es una experiencia inolvidable, atravesando los Alpes del Sur...pero se tarda menos
ResponderEliminarMADRILEÑA, estamos hartos de oir que el dinero no da la felicidad, pero desde luego si que ayuda bastante a darse algunos pequeños (o grandes) caprichos, aunque también es verdad que el dinero sin salud o sin ilusión por la vida, no te sirve de mucho.
ResponderEliminarAsí que esperaremos con ilusión a que algún dia quizás podamos realizar alguno de estos viajes legendarios. Mientras soñamos con ello también lo estamos disfrutando ¿verdad?
Un besazo y que tengas una buena tarde de domingo,
Kikas, no habia oido hablar de ese viaje, debe de ser una maravilla también, buscaré información sobre él. Un abrazo,
ResponderEliminarTe facilito un poco
ResponderEliminarel trabajo, aunque la referencia es parcial ;-)
La leyenda que impregna al tren de romanticismo
ResponderEliminarpoema que viaja en la mente su realismo
Historia del recuerdo que provoca nostalgia
transporta vivencias como el sueño en poesía
Un misticismo sin costes
para que viejen los pobres
Que bien Kikas, me pasaré a ver la referencia a este tren en tu blog, le echaré un vistazo, ¡gracias!
ResponderEliminarEsther, la imaginación vuela libre y de momento, sigue siendo gratis jejeje. Un beso y gracias como siempre, por dejar aqui tus versos.
ResponderEliminarComo me encantaria hacer uno de estos viajes...ahora solo me faltan los 2.500 euros!
ResponderEliminarHola Nieves.
ResponderEliminarDebe ser una pasada poder hacer un viaje así y más si retrocedemos en el pasado a todo lujo como se hacía en el pasado... También me viene un recuerdo a todas las personas que trabajaron en su momento en la construcción de tan enorme obra y las duras condiciones en las que realizaron su construcción.
Un abrazo
Es la mejor manera de viajar, el transiberiano debe ser un coñazo, pero el glamour y el espíritu romántico del Orient Express, aderezado por lo que se ha escrito y filmado, te dan ganas de viajar vestido de epoca y disfrutar no solo del exterior, sino de dentro del tren, eso sí, con guardaespaldas por si acaso pasea el espíritu de Agatha Christie.
ResponderEliminarUn beso
¡Ay chica, con qué poquito nos conformamos!, simplemente con la lectura al respecto del transiberiano, bueno, incluso el transcantábrico (que también me apunto... ¿no te apetecería un viaje a todo lujo por el norte de la península, con los paisajes tan maravillosos que tenemos por allí?, apúntalo en la agenda este también) en fin, se desata la imaginación y ¡a viajar se ha dicho! para empezar la semana ¡qué mejor terapia!.
ResponderEliminarBesitos guapa,
Barbara, bienvenida al club de los pobres jejeje, aunque creo que en estos momentos, hacer uno de estos viajes no sería lo más adecuado para ti y el bebe que viene en camino, por muy cómodos que sean estos trenes hoy en dia, lo mejor será que esperes un poquito a que los crios sean un poquito mayores y así te dará tiempo también a ahorrar un poco más jejeje. Un beso muy, muy fuerte,
ResponderEliminarAPU, en el pasado si que debia de ser muy interesante (a la vez que frustrante) ver las acusadas diferencias de clases entre los pasajeros que tenian la suerte de viajar en ellos y los que habian participado en su construcción o los que les servian para hacer sus viajes aún más placenteros. En fin, las injusticias y diferencias sociales las ha habido siempre y por lo que parece, siempre seguirá habiéndolas..... Un beso,
ResponderEliminarJose Antonio, en traje de época, en vaqueros, en el Orient, en el Transiberiano, con guardaespaldas detrás y como sea jejeje, debe de ser increible poder hacer y disfrutar uno de estos viajes e imaginar todas las historias que se habrán vivido en ellos. Un besote,
ResponderEliminarAndrea, me apunto, me apunto, al Orient, al Transiberiano, o al Transcantábrico, cualquiera me vale ¡apuntado en la agenda queda! sólo falta concretar el mes y el año jejeje. Un besazo y aguanta un poco más amiga, que ya queda menos,
ResponderEliminar...Tambien vale el tren de la fresa?
ResponderEliminar¡Adios, buen viaje, jeje!.
Esther, ¡se acepta el tren de la fresa como tren mítico de compañia! este al menos nos pilla más cerca y nos sale más barato, eso si, vistiéndonos también nosotras de época, para ambientarnos un poco. ¡Buenas noches y felices sueños viajeros!
ResponderEliminarTengo unos modelitos de soltera. Quizá me valgan.
ResponderEliminar!Igualmente, a soñar con los trenecitos!
Esther, seguro que estamos monísimas de señoritas de época jajajajja.... Por cierto, me voy de puente, ¡un besazo y hasta la vuelta!
ResponderEliminarMe encantaría viajar en alguno de estos trenes.
ResponderEliminar¡Anda que no me inspirarían historias...!
Pero me temo que viajaré a través de la imaginación.
Besos
Lola, estoy totalmente convencida de que tú le ibas a sacar un estupendo partido literario a tu viaje en cualquiera de estos trenes maravillosos, pero mientras tanto, habrá que conformarse con hacer trabajar más a la imaginación jejeje. Un besazo,
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