Me gusta mucho este escritor y terapeuta argentino, me gusta leer sus relatos de los que siempre puedes extraer valiosas enseñanzas y por eso, con esta entrada de hoy comienzo una nueva sección en el blog, de relatos cortos de Jorge Bucay, para leer y pensar...... espero que os gusten.
GALLETITAS
A una estación de trenes llega una tarde, una señora muy elegante. En la ventanilla le informan que el tren está retrasado y que tardará aproximadamente una hora en llegar a la estación.
Un poco fastidiada, la señora va al puesto de diarios y compra una revista, luego pasa al kiosco y compra un paquete de galletitas y una lata de gaseosa.
Preparada para la forzosa espera, se sienta en uno de los largos bancos del andén. Mientras hojea la revista, un joven se sienta a su lado y comienza a leer un diario. Imprevistamente la señora ve, por el rabillo del ojo, cómo el muchacho, sin decir una palabra, estira la mano, agarra el paquete de galletitas, lo abre y después de sacar una comienza a comérsela despreocupadamente.
La mujer está indignada. No está dispuesta a ser grosera, pero tampoco a hacer de cuenta que nada ha pasado; así que, con gesto ampuloso, toma el paquete y saca una galletita que exhibe frente al joven y se la come mirándolo fijamente.
Por toda respuesta, el joven sonríe... y toma otra galletita.
La señora gime un poco, toma una nueva galletita y, con ostensibles señales de fastidio, se la come sosteniendo otra vez la mirada en el muchacho.
El diálogo de miradas y sonrisas continúa entre galleta y galleta. La señora cada vez más irritada, el muchacho cada vez más divertido.
Finalmente, la señora se da cuenta de que en el paquete queda sólo la última galletita. " No podrá ser tan caradura", piensa, y se queda como congelada mirando alternativamente al joven y a las galletitas.
Con calma, el muchacho alarga la mano, toma la última galletita y, con mucha suavidad, la corta exactamente por la mitad. Con su sonrisa más amorosa le ofrece media a la señora.
- ¡Gracias! - dice la mujer tomando con rudeza la media galletita.
- De nada - contesta el joven sonriendo angelical mientras come su mitad.
El tren llega.
Furiosa, la señora se levanta con sus cosas y sube al tren. Al arrancar, desde el vagón ve al muchacho todavía sentado en el banco del andén y piensa: " Insolente".
Siente la boca reseca de ira. Abre la cartera para sacar la lata de gaseosa y se sorprende al encontrar, cerrado, su paquete de galletitas... ¡Intacto!
Ja,ja. Nuestro egocentrismo nos hace pensar que tal vez lo que tenemos o compramos, no lo puede tener o comprar otra persona tambien....
ResponderEliminarNo te ha pasado alguna ves, ves un celular en algun lado y creeis que es el vuestro?
Linda anecdota.
Si, es muy cierta tu lectura de la historia José. A veces tendemos a proyectar demasiado nuestro ego en todo lo que vemos a nuestro alrededor, creyéndonos el centro del universo, sin hacer un mínimo esfuerzo por ponernos en la piel del otro, que llevado al último extremo trae, entre otras consecuencias, la falta de tolerancia y de respeto para con los demás, algo, por desgracia, bastante extendido en nuestra sociedad actual.
EliminarMe alegro que te haya gustado la historia Jose y te deseo una gran tarde de sábado,
XD
ResponderEliminarjajajaja Esta divertidísimo. Y me encanto la bondad del muchacho, que en lugar de protestar, simplemente se dejo llevar por la graciosa cara de la señora
Me alegro de que te gustara Ale, a mi me sorprendió el final, lo reconozco jejeje. Y desde luego,el chico es un encanto, me pregunto si muchos habríamos actuado asi estando en su misma situación. Un besote,
Eliminar... Además, el muchacho era inmigrante?
ResponderEliminarSaludos.
..De cualquier forma la señora estaba discriminando... y e que lee el cuento tambien.. o no?
EliminarEl inconveniente de transmitir mi forma de pensar con la escritura, es que no puedo entonar.
EliminarNo discrimino, si así lo piensas es que me has interpretado mal el tono en el que lo he tansmitido.
Saludos.
Máximo, hubiera cambiado algo la historia el que el muchacho hubiera sido inmigrante?
EliminarMáximo: Quiza no sea discriminar, quiza sea prejuzgar. No se si los jovenes tiene esos prejuicios, el de la historia parece que no.
EliminarY, Si nos falta el tono,la actitud y la mirada, para interpretarnos más claramente. :)
Chau.
Jajaja, me ha encantado!!!! Comparto el cuento en mi facebook ;)
ResponderEliminar¡Hola Krups! Me alegro de que te haya gustado y por supuesto, puedes compartirlo en tu facebook o donde quieras. Un besazo,
EliminarGraciosa anécdota que refleja tantos momentos en nuestra sociedad.
ResponderEliminarCon los años, nos vamos subiendo en el carro de la posesión y superioridad. Afortunadamente la juventud es generosa y confiada, algo que no se nos debería olvidar.
Sigue compartiendo con todos nosotros tus hallazgos. Besotes.
Esther, se supone que los años aportan sabiduria, pero a cambio parece que también se llevan otras cosas como el idealismo, la tolerancia, la confianza, el pensar en los otros.... pero si, en muchas ocasiones, que cierto es aquello de ¡juventud, divino tesoro! Un besote de domingo para ti,
EliminarTe animo a que sigas publicando cosas tan bellas y divertidas como éstas.
ResponderEliminarBesos de una seguidora tuya.
Muchas gracias Anabel, si os gusta a vosotros, seguiré, seguiré, jejeje. Muchos besos para ti,
EliminarMira, tengo en la estantería "Déjame que te cuente" de Bucay, aun no lo he leído pero en cuanto acabe "La casa de té", será sin duda el siguiente. Un abrazo.
ResponderEliminarSheol, ya me dirás cuando lo leas, es totalmente recomendable y como tiene tantos relatos puedes abrir el libro por donde quieras y leer cada vez uno distinto. Resulta muy ameno y entretenido. Un abrazo para ti,
EliminarJeje, muy bueno.
ResponderEliminarY también me ha gustado la polémica que ha creado.
Quiero romper una lanza en favor de la señora: si la pobre estaba convencida de que era su paquete de galletas, demasiado hizo con no decirle nada al chico.
Eso sí, el chaval, chapeau.
Un beso, Nieves.
Lola, para equilibrar la balanza no está nada mal que hayas roto una lanza por la señora, porque todos la estábamos poniendo verde jejeje. Un beso y buen comienzo de semana,
EliminarHola, Lola: ¡es justamente lo que yo estaba pensando!
EliminarFantástica idea hermana la sección de cuentos cortos de Bucay. Es un "reflexionador" maravilloso. Es increible como un relato de pocos párrafos puede dar tanto al reflexión,a pensar, a ahondar en nosotros mismos y en los pensamientos humanos.
ResponderEliminarPara los impacientes que nos gustan las lecturas cortas y que cuando vemos un libro "gordo" nos desalienta porque queremos que rápido se acabe para extraer la "chicha" del mismo, es estupendo.A los que no hayais leido nada de Jorge Bucay, corred a buscar un libro de él o ...solo esperad a los relatos del Trolley, jijijiji
Otro ¡¡¡por favorrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr!!!
Me alegro de que te haya gustado hermana, sé que a ti también te gusta mucho Jorge Bucay, asi que espero que disfrutes mucho de esta nueva sección. ¡Y gracias por tu entusiasta recomendación hermanita jejeje! Muchos besazos,
EliminarMe encanta.!!!!! Observar y analizar antes de actuar es maravilloso!! feliz dia...
ResponderEliminarCarla
Caracas/ Venezuela
Carla, perdona mi retraso en contestarte (por descanso bloguero y demás....) pero me alegro mucho de que disfrutaras de esta historia y muchas gracias por tomarte la molestia de dejar escritas aqui tus entusiastas palabras. Un abrazo grande y me gustaria que hayas seguido visitando este blog,
Eliminarmuy linda la historia
ResponderEliminarGracias por dejar tu comentario. Un saludo,
Eliminarmuy bonita historia!!!!!!!!!! esta super genial :D
ResponderEliminarMe alegro un montón que te haya gustado, intentaré seguir publicando más historias de Bucay tan bonitas como esta. Un abrazo,
EliminarNO DEJA DE SER JOCOSO IMAGINAR LA CARA QUE PONDRIA ESA SRA, DESPUES DE JUZGAR ERRONEAMENTE AL MUCHACHO, PERO ,ELLA TAMBIEN EN SU ERROR (YA QUE PENSABA QUE ERA SU PAQUETE DE GALLETAS)..ES DE CIERTA MANERA EN SU INTERIOR UNA PERSONA TOLERANTE., A NADIE LE VA A GUSTAR QUE LE QUITEN LO QUE ES DE UNO,..AHORA OTRA COSA ES LA GENTILEZA,Y SIMPATIA DEL MUCHACHO...CUALIDADES QUE POCO A POCO SE HAN IDO PERDIENDO....
ResponderEliminarque linda historia..jjjj Realmente hay personas que tienen un ego tan grande que este planeta le queda pequeño, piensan que solo ellos tienen derechos a tener las cosas, se creen en que su opinión es la mas importante y no es así..realmente tenemos que ser diferente, tenemos que dar amor y tratar a los demás como no gustaría que nos traten a nosotros mismos para que este mundo sea mejor..
ResponderEliminarEs muy cierto lo que dices Nixon. ¡Ojalá el mundo pudiera funcionar así!
EliminarMuy bello cuento👌
ResponderEliminarEstupendo me encanto😂
Ay quisiera conocer a ese joven tan amable😊
Me alegro de que te gustara el cuento Sarangh y como le decía a Nixon ¡ojalá hubiera en el mundo muchos jóvenes como el de este relato! el mundo entonces funcionaría mucho mejor.....
EliminarMe encantó!.Patricia (mamá de Rodrigo Velarde)
ResponderEliminarMuchas gracias Patricia, y perdoname por el retraso en contestar tu amable comentario, pero me meto poco en los blogs en los últimos meses por falta de tiempo. Que pases un muy feliz verano y un abrazo muy fuerte para ti,
EliminarEste cuento no es de Jorge Bucay en absoluto. Es mio lo escribí por una escena que vi cuando yo tenia 14 años. Y eso hace bastante tiempo.
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