Con este calor me han
entrado unas ganas irreprimibles de escribir alguna entrada refrescante y
marinera y se me ha ocurrido hacerlo sobre la isla de Tabarca, un lugar que conozco
bastante por mis habituales vacaciones veraniegas en la provincia de Alicante, adonde voy desde que era una niña.
La verdad es que esta
provincia tiene muchos alicientes y actividades que ofrecer al visitante, que
van más allá del típico turismo de playa, al igual que el resto de la Comunidad
Valenciana. Y una cosa que sorprende de ella es el saber que es una de las más
montañosas, aunque no lo parezca, ya que lo primero que visualizamos al pensar
en ella son sus numerosas playas (con mayor número de banderas azules, por
cierto) extendidas a lo largo de toda su costa.
Y uno de los muchos
atractivos que tiene la Comunidad Valenciana es la isla de Tabarca, que es la
única isla habitada de esta Comunidad y que se encuentra frente a la ciudad de
Alicante, a once millas náuticas y muy cerca del cabo de Santa Pola. Es
precisamente en esta tranquila y pintoresca villa marinera donde suelo pasar
algunos dias todos los veranos. Y una actividad habitual y tradicional en mis
vacaciones alli suele ser el realizar una excursión a esta isla de Tabarca,
para pasar el dia allí.
Aunque, en realidad,
más que de una isla, se trata de un pequeño archipiélago, compuesto, aparte de
Tabarca, por los islotes La Cantera, La Galera y la Nao. Es pequeña, posee una longitud
aproximada de 1.800
metros y una anchura de unos 400 metros .
Para llegar a ella se
puede realizar el trayecto en barco desde Alicante, Santa Pola, Torrevieja, Guardamar
y Benidorm. Aunque la ruta más corta es desde Santa Pola. Puedes ir en
catamarán, donde puedes aprovechar para ver el fondo marino o en barco-taxi,
donde llegas tan rápidamente que casi no te enteras de la travesía.
Es un lugar único y muy especial, que atrapa con su historia, ya que sus costas albergaron en el pasado un
refugio de piratas berberiscos (estos eran los piratas musulmanes que se movían
por el norte de Africa y que solían atacar a los barcos cristianos).
Para acabar con la piratería la
isla fue fortificada en el siglo XVIII, por orden del rey Carlos III y poblada
por familias de pescadores de Génova (unas 300 personas en total) que estaban
cautivos en la ciudad tunecina de la isla de Tabarqah (Tabarka), por eso, se
decidió llamarla con ese mismo nombre.
De esta época quedan las impresionantes
murallas que rodean su núcleo urbano, muy bien conservadas en su mayor parte y
que han sido declaradas Conjunto Histórico Artístico y Bien de Interés
Cultural. Tienen acceso a través de tres grandes portadas: la puerta de San
Rafael, que queda al lado de Levante; la de San Gabriel, mirando a poniente, y
la puerta de San Miguel, con vistas a la ciudad de Alicante, que desemboca en
un acantilado bajo de roca redondeada llamado por los lugareños «El Puerto
Viejo».
También llama la atención del
visitante, por su gran monumentalidad, la iglesia de estilo barroco que resalta
sobre el perfil de la isla. Otros edificios históricos son: la torre defensiva
de San José, la Casa del Gobernador y el Faro, que se encuentra en el extremo
oriental de la isla y que data del s. XIX, actualmente alberga un
interesante laboratorio biológico que sirve de base a la Reserva Marina y más
allá del Faro, se encuentra el pequeño cementerio, desde donde se divisa el
islote de la Nao, un concurrido refugio de la comunidad de gaviotas que habitan
la isla.
Es además un auténtico paraíso
marino (reconociéndose en 1986 como la primera reserva marina del país) de
aguas cristalinas y espectacular fauna y flora, ideales para los amantes del
buceo. La línea de la costa es recortada, formada por pequeños acantilados de
escasos metros de altura, con playas de cantos rodados y una única playa de
arena con aguas transparentes.
Aquellos primeros tabarquinos, procedentes de Italia, eran pescadores y se
dedicaron a su oficio aprovechando las ricas aguas que rodeaban la isla. Y como no podía ser de otra forma, y relacionada
con su oficio de pescadores, esta isla tiene también una leyenda. Tabarca tiene
al sur una gruta en la que el mar penetra unos 100 metros por debajo de
la isla, esta cueva está plagada de estalactitas que le dan un aspecto
tenebroso, es la cueva llamada del LLop Mari o lobo marino.
Y cuenta la leyenda que a esta cueva, en el siglo
XIX vino a refugiarse una pareja de estos lobos marinos para tener a su cria. Los
isleños los consideraron una amenaza ya que romperían las redes para devorar el
pescado atrapado en ellas, así que decidieron darles caza. Una noche de luna
llena entraron en la cueva y atraparon a la pareja por sorpresa. La hembra,
debido al pánico, parió antes de tiempo y el cachorro nació muerto. De la pena,
la madre también murió y el padre sumido en la soledad y la angustia, estuvo
lanzando aullidos de dolor y rabia, que perforaron los tímpanos de los isleños
durante los tres dias que tardó en morir.
Y según dicen algunos habitantes de
Tabarca, las noches de luna llena aún se
escucha aullar al padre desde el fondo de la gruta y en el mar, salmonetes,
sardinas, calamares, sepias y gambas forman una procesión fúnebre, en honor al
lobo marino que murió en soledad añorando a su familia.
Pero volviendo a la realidad, y para los que sean más curiosos, les diré que esta cueva existe realmente y es visitable en barcas de pequeño calado.
Hay varios restaurantes
y algunos (no muchos) establecimientos donde poder alojarse. Parece que a la
famosa actriz y cantante española Sara Montiel (fallecida hace pocos meses) le
gustaba mucho pasar temporadas allí todos los veranos.
Y no me extraña, porque
la verdad es que cada vez que visito esta isla cada verano, dejo volar mi
imaginación y "veo" a esos piratas berberiscos disfrutando de este
encantador rincón del Mediterráneo. Y me dan ganas de alojarme en algún hotel de
la isla y pasar unas pequeñas y tranquilas vacaciones, donde practicar la
lectura (de piratas, por supuesto), o algún tranquilo deporte naútico como la natación o el snorkeling (una no
es una deportista muy aventurera, si lo fuera, podría también practicar algo de vela,
windsurf o buceo), donde maravillarse de su
magnifico fondo marino y también, donde disfrutar de su rica gastronomia
local (con alguno de sus exquisitos calderos de arroz y pescado o de su gazpacho
marinero) y donde defenderme del calor en alguna de sus recoletas calas de
aguas cristalinas, o donde disfrutar de la tranquilidad de sus preciosos amaneceres…..
Y desde donde estuviera alojada, dejar
volar mi imaginación, transportándome a otra época, en la que este pequeño paraiso
perdido fue un santuario de piratas…….
”Con cien cañones por banda,
viento en popa, a toda vela,
no corta el mar,
sino vuela,
un velero bergantín.
Bajel pirata que llaman,
por su bravura, El
temido,
en todo mar conocido,
del uno al otro confín…….
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.” (*)
(*) versos extraidos del poema
titulado “Canción del pirata” de José de Espronceda.
Hola Nieves, una entrada muy interesante sobre Tabarca tanto la historia como la leyenda, me encantaría llegar en Catamarán para visitarla e ir a la cueva a ver si escucho algo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Priego, me alegro de que la hayas encontrado interesante y que te haya animado con ella a visitar esta isla, aún desconocida por muchos. Y si alguna noche de luna llena oimos al Llop Mari ¡ya nos lo contaremos! jejeje. Otro abrazo para ti y feliz fin de semana (¡refrescante, a ser posible!),
EliminarMuchos más datos sobre historia, leyenda, geografía, antropología, biología, anécdotas, fiestas, hemeroteca, testimonios... en mi blog "La Foguera de Tabarca", al que os invito.
ResponderEliminarhttp://lafogueradetabarca.blogspot.com.es
Hola Armando, muchas gracias por tu estupenda contribución a esta entrada, me paso ahora mismo a echar un vistazo a tu blog. Un saludo,
EliminarBueno me parece interesantisimo y precioso,fijate que he vivido mas de 10 años en Valencia y abierta la Mediterraneo y Tabarca siempre se me quedo fuera por una cosa u otra...Pero he de volver..Gracias por compartir.Un saludo. ;-)
ResponderEliminarPues es curioso Helen, que no hayas visitado esta isla, habiendo vivido tantos años en Valencia, aunque por otro lado, tampoco me sorprende demasiado porque a veces lo que tenemos más cerca lo conocemos peor, precisamente por esa cercania que te hace pensar que ya tendrás tiempo de ir y al final, ahi se queda sin conocer.
EliminarPero te animo a conocerla en cuanto tengas ocasión, pasarás un dia de excursión muy agradable.
Un saludo y gracias a ti por venir,
He visitado ya unas cuantas veces la isla de Tabarca y me trae muy buenos recuerdos de mis vacaciones hace ya unos años por toda aquella zona como Santa Pola, Alicante, Torrevieja, etc...
ResponderEliminarMuy bonita la leyenda que cuentas, pero muy triste. No la conocía, esa es la verdad.
Un abrazo
Me alegro de haberte dado a conocer la leyenda de los lobos marinos, seguro que la próxima vez que vayas por allí te acordarás de ella. Y de que esta entrada te haya traido buenos recuerdos de tus vacaciones.
EliminarUn fuerte abrazo para ti y feliz domingo,
Preciosa, cuando quieras nos vamos a la Isla de Tabarca, para conocer piratas como los del Caribe, apuestos galanes y con mucha personalidad, que nos lleven en sus barcos, por toda la Isla.
ResponderEliminarAunque, no se haga realidad, vamos esta noche sueño con uno de ellos.
Un beso, que tengas un finde de ensueño.
Pues no sé, yo he estado varias veces y no he visto a ningún pirata como el capitán Sparrow, pero no tengo ningún inconveniente en acompañarte cuando quieras, a lo mejor tu si le encuentras. Un beso amiga y que tengas felices y románticos sueños de piratas,
Eliminar